Hay dos historias diferentes que narran la truculenta historia del Silbón. La primera explica que el chico asesinó a su padre después de enterarse de que éste se había acostado con su mujer.
La segunda, mucho más cruel, dice que el Silbón era un muchacho cruel y malcriado que mató a su padre para comerse su hígado y corazón, después de que éste no pudiera cazar el venado que a su hijo se le había antojado almorzar.
El Silbón, como su nombre indica, emite un silbido característico por el que es fácilmente reconocible. Si el silbido se escucha cercano, no hay peligro, ya que el Silbón está lejos.
Pero, ¡ay de aquél que escuche lejanamente el silbido! Eso significará que este ser está cerca, casi tanto como la muerte del desgraciado que haya oído el silbido
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